soundtrack...


MusicPlaylistRingtones
Create a playlist at MixPod.com

jueves, 15 de octubre de 2009

la guerra pacifica

Iba en el metro como 10 minutos atrasado con mi hermana, iba a la estación san juaquín L5. Empezaban a penas a caer unas pequeñas gotas cuando íbamos en las estaciones anteriores. el cielo estaba extraño, no sabía si quería estar nublado o quería estar enojado tras la escenografía negra casi ploma que formaba esa gran nube.

Al llegar a san juaquin, fui al lugar donde tenía que ir, unas preguntas que me querían hacer unas profes de un lugar de estudio. Los arboles llamaban a ese estruendo de hielo junto a al viento.

De vuelta: una micro. Esta nos llevaría al Mall Vespucio por Vicuña Mackenna, pero luego se separaría por una calle que iba paralela a esta. El cielo se empezó a quebrar sin que nosotros lo viéramos, el sonido lo delato ante la multitud de la micro, pero no estaba al cien seguro, ni había visto esa luz parpadeante típica que viene a avisar que se empieza a romper el cielo gracias al majestuoso aire. La micro no nos bajo nunca, no sé que estaba esperando. Nos bajamos en la calle paralela a Vicuña Mackenna con ese paso peatonal que está al lado del supermercado Líder.

Finalmente empezó a llover y nosotros sin nada con que cubrirnos. una pareja de jóvenes estaba alado de un árbol, momento exacto para ponerse a llover junto un día feliz según lo que veía.

No hubieron avisos, sin ni siquiera hacer ruido, empezaron a atacar. Pequeños pedazos de hielo nos empezó a tirar el cielo. ¿Pero qué hemos hecho, como para que nos ataques?

Mi hermana no me creyó, pero de vedad empezaron a caer pequeños soldados blancos del cielo que empezaban a deshacerse en la mano o la ropa. Caían pocos. Pero, ocurrió lo inesperado. Miles de soldados hielantes empezaron a caer del cielo, y no eran nada tan pequeños. caían 10 en un metro cuadrado por segundo. Dios santo! empezaron a doler cuando cian en las piernas o en la cabeza. pero lo que no me explicaba, era que como al sol le gustaba vernos en la Tierra mientras nos atacaban. Claro, no estaba mirando exactamente, solo miraba a través de espejos de nubosidad enojada.

La gente se reía, gritaba jugaba, corría, llamaban a sus amigos, todo. Era una guerra que se disfruto.los soldados no pudieron derrotarnos, aunque hacían mucho esfuerzo por caer sobre nuestras cabezas o cuerpo.